MAR. Vicepresidenta SAA/AAE. Publicado en 11 mayo de 2017.
Si preguntamos en una charla de astronomía, en un auditorio abarrotado de niños y niñas, “¡Levantad la mano los que habéis visto la Vía Láctea!” veremos pocas manos. Este es el ejemplo de una gran pérdida cultural: el simple hecho de ignorar cuál es nuestro lugar en el Universo.
La Vía Láctea, nuestra Galaxia vista desde dentro, es esa bruma lechosa que parece cruzar el cielo en noches muy oscuras. La contaminación lumínica, el exceso de brillo artificial provocado por el alumbrado, Skyglow que en algunos núcleos urbanos alcanza 45º de altura, casi la mitad del firmamento (si tomamos como referencia el cenit de 90º o la altitud de la Estrella Polar a 42,5º) ha borrado por completo su visión en las ciudades y en muchos pueblos. Sin embargo, la pasiva actitud respecto a la contaminación lumínica está empezando a cambiar, porque la oscuridad de la noche es parte de la Naturaleza y las emisiones descontroladas de luz al cielo alteran los ecosistemas con consecuencias impredecibles, porque la luz se propaga por la atmósfera y contamina a centenares de km de distancia.
Contaminación Lumínica desde Iturrieta (Alto de Opacua. Alava). El resplandor del horizonte corresponde al skyglow de Vitoria-Gasteiz a 40 km en línea recta. Foto: Luis Etxazarra. SAA/AAE. 1 abril 2016.
Zalduondo, municipio y villa alavesa protegidos por el Aratz, perteneciente a la Cuadrilla de Salvatierra, “tiene alumbrado nuevo” desde enero. El proyecto fue dirigido por la astrofísica y experta en luminotecnia Susana Malón (Lumínica Ambiental) en colaboración con el Ayuntamiento. Es una iniciativa pionera en Álava.
La noche del 4 de abril de 2017 acompañamos a Susana a comprobar el resultado. Susana, como representante y colaboradora de la Fundación Starlight, también desea que Zalduondo se convierta en Municipio Starlight. Precisamente, se cumplen 10 años de la “Declaración en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas” firmada en la Palma. Aquí puedes leer y descargarte el texto.
Dice Susana: “Son luminarias de tecnología LED, de máximo rendimiento y eficacia entre 117 y 146 lm/w, con IRC (Índice de Reproducción Cromática) > 70% y una vida útil de 50.000 horas. La obra cumple con la legislación estatal en materia de iluminación y eficiencia energética en alumbrado exterior (RD1890/2008): una etiqueta energética de clase A (máxima posible) y los niveles de iluminación en las calzadas son adecuados a la legislación. Con las nuevas luminarias, se espera conseguir un ahorro próximo al 80% en el consumo energético del alumbrado exterior en el municipio. Se reducirá la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera en 18,5 Tn y la contaminación lumínica con luminarias Flujo Hemisférico Superior < 1% y Temperatura de Color 3000 K (color cálido sin apenas emisión en la parte azul del espectro que es la más contaminante).”
Luminaria eficiente instalada en Zalduondo (Álava). LED, Flujo Hemisférico Superior < 1% y Temperatura de Color 3000 K. Foto: Susana Malón. Lumínica Ambiental .
Estas son algunas de las conclusiones y reflexiones tras nuestro paseo nocturno:
1. Paisaje nocturno: Luna gibosa creciente, Júpiter en oposición, circumpolares y las constelaciones de invierno: el Can Mayor, la estrella Sirio, la trasparencia de Aldebarán y las Híades, las Pléyades azuladas. El Gigante Orión y las estrellas principales de la constelación. Una buena referencia: desde el centro del pueblo iluminado con esta tecnología, vimos la estrella Meissa ( l Orionis) 3,39 mg aparente situada en la cabeza de Orión. Es una estrella que brilla muy poco y la luz artificial la borra del firmamento. Las estrellas del gigante sirven como indicativo para registrar el nivel de contaminación lumínica. Por ejemplo: en un cielo realmente oscuro, deberíamos observar estrellas de magnitud 7.
En una futura incursión en noche de Luna nueva comprobaremos hasta qué magnitud estelar podremos contemplar y la calidad de los objetos del cielo profundo visibles a simple vista, como la Galaxia de Andrómeda.
En el Año Internacional de la Astronomía, impartimos una charla con su posterior observación astronómica en El Calvario de Zalduondo…
Foto: Alberto Ancín SAA/AAE. Septiembre de 2009.
2. Puntos de luz. Las calles y las calzadas iluminadas: hay uniformidad y se ilumina donde se necesita. Esta luz no modifica el entorno y no agrede el ecosistema. No fastidia el paisaje. Sin duda, esto se traduce en armonía, bienestar y calidad de vida. Cuando la luz de la farola se mete en nuestras casas y dormitorios, sobre todo en verano, se llama luz intrusa. También es contaminación lumínica y no es recomendable para nuestro descanso.
Calles de Zalduondo con el nuevo alumbrado eficiente. Foto: María A.R. SAA/AAE 4 abril 2017.
3. Se minimiza el impacto de la propagación de la luz por el Efecto Mie. El resplandor de la contaminación lumínica impacta, además, en la atmósfera: el feo cielo anaranjado de Vitoria-Gasteiz en las noches de nublado se debe a este efecto y al color de las luminarias SBP “luz amarilla”, y en algunos casos, ya peligrosamente blanco o azul de LED o halogenuros inadecuados.
4. Se repara la relación con la Naturaleza, con los beneficios que conlleva, sobre todo entre los niños y las niñas, y con todas las connotaciones que tiene la astronomía en la evolución personal y del conocimiento: mirar hacia esos puntitos brillantes del cielo y comenzar a hacerse preguntas.
El camino hacia una nueva cultura de la luz, exige la alteración del hábito de pensamiento: si pasamos de la sobreiluminación actual a la iluminación LED 3000º K o PC Ámbar, siempre parecerá que todo está más oscuro por contraste. No es así: los pueblos no se dejan a oscuras; sencillamente, pasan de derrochar a ser eficientes. Este es un gran paso cualitativo y una ecuación fácil de entender: ciencia + técnica + sensibilidad ambiental. La defensa del cielo oscuro no es una frivolidad: es la reivindicación de la gestión racional de los escasos recursos naturales, del disfrute de un patrimonio cultural representado en la belleza del Cosmos y de un medio ambiente limpio y cuidado… Porque, ¿De dónde viene la energía que consumimos?
Es prioritario hacer un uso responsable de la energía que gastamos a diario, sobre todo sabiendo que esta energía proviene de centrales nucleares de fusión de uranio, o combustión de petróleo o carbón. Nuestro suministro de energía adjunta la destrucción y contaminación irreversible de muchos paisajes de extraordinario valor ecológico para la extracción de minerales, como por ejemplo, las minas de uranio a cielo abierto (hay un proyecto de una instalación de esta índole en plena dehesa salmantina) y guerras fratricidas.
Como conclusión final, apuntamos: es una iluminación vial compatible con la visión del cielo estrellado. Está diseñado con criterios de rendimiento, ahorro y eficacia. Las calles están mejor iluminadas. La luz se proyecta hacia abajo, no hacia el cielo: hay respeto por la Naturaleza.
Zalduondo, enclave de gran simbolismo en nuestro patrimonio histórico, etnográfico y cultural alavés, se ha adaptado ya a una nueva y necesaria Cultura de la Luz.